Algún día seré recuerdo
Inquietudes, gustos, afinidades y recurrencias constituyen un relato en el que literatura, arte y vida se entremezclan de manera inevitable.
Este libro empieza con el intento de reconstruir un antiguo recuerdo prestado, imposible pero fértil ejercicio de memoria, y termina con la constatación de que a veces es preferible omitir alguna verdad para que un relato resulte verosímil. Entre el uno y la otra, y en un nada estricto orden cronológico, Algún día seré recuerdo recoge una cuarentena de textos breves escritos por Marcos Giralt Torrente desde el año 2000. Son artículos y reportajes de prensa, crónicas de viaje, dietarios, semblanzas y fragmentos autobiográficos, reflexiones sobre arte y literatura, y también estampas familiares y alguna carta, que configuran un jugoso compendio de las muchas facetas que puede adoptar una vida dedicada íntegramente a la escritura.
En estas páginas asistimos a una memorable clase práctica de autodefensa con una pistola de agua; vemos a José Bergamín de niño en una exposición en el Parque del Retiro que al parecer incluía a unos indígenas enjaulados; conocemos a la intrépida tía paterna de Marcos Giralt, refugiada en una isla de Kenia de un futuro incierto en silla de ruedas; al propio autor, ensayando la técnica del collage a la manera de Kurt Schwitters; a Sergio Pitol, entusiasta compañero de viaje en Lima; a Joe Strummer preguntando a un joven Giralt acodado en una barra: «¿Estás perdido en el supermercado?»; a Frank Sinatra perseguido por Gay Talese… Sean de encargo o no, estas piezas reflejan inquietudes, gustos, afinidades y recurrencias, y constituyen un relato con diversas subtramas en el que literatura, arte y vida se entremezclan de manera inevitable: una suerte de cara B de una extraordinaria trayectoria literaria.
«Nada en este libro suena a leído antes. Cambia en él la perspectiva: aquí escriben el crítico y el perfecto biógrafo, el sabio generoso que despliega y contagia sus saberes. Un libro excepcional» (Carlos Pardo, El País).
«Un libro de fascinante lectura, ameno e inteligente» (Jesús Ferrer, La Razón).
«Un libro excelente, muy personal y lleno de atractivos para el amante de la buena prosa y de la narrativa ensayística» (Concha D’Olhaberriague, El Imparcial).
«Estamos en el centro de la literatura de Giralt Torrente y ante un claro ejemplo de su alcance» (Juan Marqués, La Lectura).
«Marcos Giralt Torrente (…) compone un libro al que no le faltan ninguna de las emociones que generalmente conviven detrás de ese biombo –no se olvide, ya de por sí mutante– que es la novela: la franqueza de la confesión, la anécdota, el pensamiento ensayístico e, incluso, por momentos, el arrebato lírico. Mucho más que una simple suma» (Lucas Martín Jurado, Cuadernos Hispanoamericanos).
«Un libro repleto de tesoros» (Iñaki Ezkerra, El Correo).
Sinopsis
Este libro empieza con el intento de reconstruir un antiguo recuerdo prestado, imposible pero fértil ejercicio de memoria, y termina con la constatación de que a veces es preferible omitir alguna verdad para que un relato resulte verosímil. Entre el uno y la otra, y en un nada estricto orden cronológico, Algún día seré recuerdo recoge una cuarentena de textos breves escritos por Marcos Giralt Torrente desde el año 2000. Son artículos y reportajes de prensa, crónicas de viaje, dietarios, semblanzas y fragmentos autobiográficos, reflexiones sobre arte y literatura, y también estampas familiares y alguna carta, que configuran un jugoso compendio de las muchas facetas que puede adoptar una vida dedicada íntegramente a la escritura.
En estas páginas asistimos a una memorable clase práctica de autodefensa con una pistola de agua; vemos a José Bergamín de niño en una exposición en el Parque del Retiro que al parecer incluía a unos indígenas enjaulados; conocemos a la intrépida tía paterna de Marcos Giralt, refugiada en una isla de Kenia de un futuro incierto en silla de ruedas; al propio autor, ensayando la técnica del collage a la manera de Kurt Schwitters; a Sergio Pitol, entusiasta compañero de viaje en Lima; a Joe Strummer preguntando a un joven Giralt acodado en una barra: «¿Estás perdido en el supermercado?»; a Frank Sinatra perseguido por Gay Talese… Sean de encargo o no, estas piezas reflejan inquietudes, gustos, afinidades y recurrencias, y constituyen un relato con diversas subtramas en el que literatura, arte y vida se entremezclan de manera inevitable: una suerte de cara B de una extraordinaria trayectoria literaria.