Incendios
Incendios

Incendios

En 1960, cuando Joe tenía dieciséis años, su madre se enamoró. Hacía muy poco tiempo que se habían mudado a Great Falls, en Montana. Era la época del boom del petróleo y el padre de Joe, un golfista profesional que se ganaba escasamente la vida como instructor en clubs privados, había pensado que el gran dinero estaría allí, y que él recibiría una parte de la lluvia de oro que caería sobre la región.

Pero nada resultó de acuerdo con lo esperado, y lo que comenzó a caer sobre las cabezas de los pobladores de Great Falls fue la lluvia de cenizas de los incontrolables incendios de los bosques cercanos, que llevaban ardiendo todo el verano sin que fuera posible extinguirlos. Los fuegos alteraron también la quieta superficie de la vida, liberando latentes complejidades en las relaciones entre los padres de Joe.

El padre perdió su trabajo y, sumido en un profundo extrañamiento, se alistó en las brigadas que marchaban a los bosques a combatir el fuego. Sólo estuvo ausente tres días, pero duraron una eternidad y cambiaron para siempre la vida de Joe. Su madre conoció a otro hombre, y el adolescente arrojó entonces su primera y desconcertada mirada sobre el opaco mundo del deseo, sobre el enigmático mundo de la madurez.

Incendios es una novela de iniciación, «de entrada a la vida», y es también la historia de una pasión contada por quien menos puede saber de ella, el hijo de la enamorada, por quien menos puede creer y comprender la naturaleza de tales sentimientos.

«Una novela sutil, profunda y exacta, un modelo de claridad, de total logro literario.» (Tom Dowling, Examiner)

«La ficción de Ford está casi totalmente despojada de abstracciones, de flechas que apunten a los significados o a las conclusiones que deben ser extraídas. Ford nos entrega con absoluta precisión la textura de la experiencia, no las lecciones aprendidas, sino el instante y el sentimiento de la iluminación.» (Paul Gray, Time)

«La cuarta novela de Richard Ford le confirma como el gran heredero de Ernest Hemingway por su lenguaje, su temática y sus estrategias estéticas, pero Incendios es también la prueba de que Ford puede llevar a sus personajes mucho más allá del restringido territorio emocional hemingwayano.» (Joseph Coates, Tribune)

«Una evocación de la juventud tan conmovedora como la de Carson McCullers, sus solitarias y sutilmente extrañas escenas tienen una luminosidad parecida a los cuadros de Hopper. Incendios nos estimula a una segunda y paladeada lectura.» (Patrick Gale, Daily Telegraph)

«Se lee como una destilación de todaslas cualidades que han hecho de Ford un narrador inconfundible.» (Jean-Christophe Castelli)

ISBN978-84-339-1143-8
EAN9788433911438
PVP CON IVA10.20 €
NÚM. DE PÁGINAS196
COLECCIÓNPanorama de narrativas
CÓDIGOPN 223
TRADUCCIÓNJesús Zulaika Goicoechea
PUBLICACIÓN01/05/1991
OTRAS EDICIONESCompactos (CM 682)
ISBN9788433936592
EAN9788433936592
PVP CON IVA8.99 €
CÓDIGOCM 682
TRADUCCIÓNJesús Zulaika Goicoechea
PUBLICACIÓN11/11/2015
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Richard Ford

Richard Ford

Richard Ford (1944, Jackson, Mississippi) es Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016 y ha publicado seis novelas –Un trozo de mi corazón, La última oportunidad, Incendios y la trilogía protagonizada por Frank Bascombe: El periodista deportivo, El Día de la Independencia (premios Pulitzer y PEN/Faulkner) y Acción de Gracias–, tres libros de narraciones cortas y largas –Rock Springs, De mujeres con hombres y Pecados sin cuento–, y el breve libro memorialístico Mi madre, editados todos ellos en Anagrama, que le han confirmado como uno de los mejores escritores norteamericanos de su generación: «El mejor escritor en activo de este país» (Raymond Carver); «Un crítico norteamericano ha dicho que Ford se inscribía en la tradición de Faulkner, Hemingway, Steinbeck... Se está convirtiendo tranquilamente en el mejor escritor norteamericano» (Bernard Géniès, Le Nou­vel Observateur); «Richard Ford nos habla de un mundo que nos pertenece, como una canción de Tom Waits o –sirva como paradigma iconográfico– el film de Wim Wenders Paris-Texas» (J. Ernesto Ayala-Dip, El País). 

 

 

Foto © Maria Teresa Slanzi