El juego del revés
Un volumen de relatos cuyo hilo conductor es la bipolaridad, el desdoblamiento, el contraste, un juego infinito como infinito es el océano de la lengua. Unos relatos en los que el lector se encontrará con presencias sorprendentes: desde el fantasma de Scott Fitzgerald que aletea en el titulado «El pequeño Gatsby» hasta un travesti llamado Giosefine en homenaje a Joséphine Baker.
«Una auténtica obra maestra que sitúa definitivamente a Antonio Tabucchi a la cabeza de la literatura europea. No sería justo destacar unos relatos en detrimento de otros: todos son excepcionales. Juego prodigioso el de este libro» (Miguel García-Posada).
«Basta con leer una sola vez esta voz tan singular y tan trabajada durante siglos de libros y viajes para que permanezca, perdurable, en nosotros… Fascinación sin par. Mágica serenidad de escritura. Se ha hecho inconfundible» (José Cardoso Pires).
«Lector apasionado de un maestro del disfraz como Pessoa (pero también de Borges y Fitzgerald, de Conrad y diría incluso de Cervantes), Tabucchi no duda en manipular hasta la cita o el pastiche “motivos” de sus modelos tutelares, pero introduciendo tales “hallazgos” en un flujo de escritura personalísimo, tenso e irónico, pero sin prohibirse una auténtica conmoción» (G. Giudici, L’Espresso).
«Tabucchi es, fundamentalmente, un maestro en este tipo de narraciones, a veces cuasipoéticas, que requieren una gran condensación y surgen simplemente de un jirón de la vida cotidiana» (César Antonio Molina).
«Una prosa intimista, plagada de cultismos. Una técnica sabia y controlada, ajena a cualquier estridencia. Un estilo grave, pausado, susurrante. Una música triste pero amable» (Ignacio Echevarría).
«Proverbial finura de estilo y de percepción. Su maestría se expresa siempre con un punto de emoción y misterio, con el atractivo de quien sabe extraer de las palabras las sensaciones de su más cálida reverberación» (Luis Mateo Díez).
Sinopsis
Un volumen de relatos cuyo hilo conductor es la bipolaridad, el desdoblamiento, el contraste, un juego infinito como infinito es el océano de la lengua. Unos relatos en los que el lector se encontrará con presencias sorprendentes: desde el fantasma de Scott Fitzgerald que aletea en el titulado «El pequeño Gatsby» hasta un travesti llamado Giosefine en homenaje a Joséphine Baker.