De qué hablamos cuando hablamos de amor
Raymond Carver: el autor que reinventó el cuento moderno.
Estos relatos de Raymond Carver muestran casi con ligereza la banalidad de la vida, lo mezquino y pasajero de los grandes sentimientos, la atmósfera y los personajes de un autor que dominó indiscutiblemente el panorama literario norteamericano de los años 80.
Parejas que se despedazan, compañeros que parten desesperadamente a la aventura, hijos que intentan comunicarse con sus padres, un universo injusto, violento, tenso, a veces irrisorio... En palabras de Roberto Fernández Sastre, Carver «no designa lo intolerable, sino que lo nombra. Sin concesiones hacia nada ni hacia nadie, rescata lo real en su esencialidad amorfa y brutal».
«Los cuentos de Carver destilan una amenaza general que no necesita concretarse, pero que envuelve cada uno de los actos, por insignificantes que parezcan, atribuidos a los desgraciados personajes que deambulan por el interior de estas páginas... El libro reúne todas las condiciones para ser leído y gozado sin pausa» (Juan José Millás).
«Se ha dicho que las historias breves de Carver son las fábulas del siglo XX. Las narraciones de Carver son esto sin duda, y son también un manual de los ángeles y los demonios interiores, la topografía de la fragilidad de los comportamientos humanos... Un conjunto literario excepcional» (Mario Lucarda, La Vanguardia).
«Con certera simplicidad, Carver dibuja las contradicciones de la sociedad de consumo en el filo de la navaja» (ABC).
«Carver es un profeta elíptico del desarraigo perenne» (Valentí Puig).
Sinopsis
Estos relatos de Raymond Carver muestran casi con ligereza la banalidad de la vida, lo mezquino y pasajero de los grandes sentimientos, la atmósfera y los personajes de un autor que dominó indiscutiblemente el panorama literario norteamericano de los años 80.
Parejas que se despedazan, compañeros que parten desesperadamente a la aventura, hijos que intentan comunicarse con sus padres, un universo injusto, violento, tenso, a veces irrisorio... En palabras de Roberto Fernández Sastre, Carver «no designa lo intolerable, sino que lo nombra. Sin concesiones hacia nada ni hacia nadie, rescata lo real en su esencialidad amorfa y brutal».