¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?
Los dramas aparentemente más triviales, las catástrofes silenciosas de la gente común. Cincuenta años de su primera edición en inglés.
En ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, su primer libro de relatos, que escribió y reescribió a lo largo de quince años y que le supuso la consagración inmediata, Raymond Carver renovó la forma del relato breve hasta darle proporciones de haiku y sin que este uso radical de la elipsis le haga perder ninguna fuerza. Todo lo contrario, los relatos de Carver poseen, quizá precisamente por su mismo carácter fragmentario, una inesperada capacidad de provocar una impresión fortísima, una indeleble conmoción. Los dramas aparentemente más triviales, las catástrofes silenciosas de la gente más común: tal es el territorio en el que se mueven siempre los inquietantes relatos de Carver.
«Los relatos de Carver tratan de dar cuenta de la condición de unos determinados sujetos norteamericanos –camareras, parados, oficinistas– que en este final de siglo ya no son de ninguna parte, sino fugitivos en un mundo invadido por la indecencia, el fracaso, el aburrimiento... Un libro excepcional» (Mariano Antolín Rato, El Urogallo).
«No hay moralina sino historias y evocación... La soledad, las parejas que se cansan, los hijos que no llegan, el dinero escaso, el alcohol. La cotidianidad occidental atrapada en unas pocas páginas» (Leyre Iglesias, El Mundo).
«Lean todo lo que escribió Carver» (Salman Rushdie).
Sinopsis
En ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, su primer libro de relatos, que escribió y reescribió a lo largo de quince años y que le supuso la consagración inmediata, Raymond Carver renovó la forma del relato breve hasta darle proporciones de haiku y sin que este uso radical de la elipsis le haga perder ninguna fuerza. Todo lo contrario, los relatos de Carver poseen, quizá precisamente por su mismo carácter fragmentario, una inesperada capacidad de provocar una impresión fortísima, una indeleble conmoción. Los dramas aparentemente más triviales, las catástrofes silenciosas de la gente más común: tal es el territorio en el que se mueven siempre los inquietantes relatos de Carver.