Qui pro quo
Qui pro quo

Qui pro quo

Uno de los más grandes escritores italianos contemporáneos, Gesualdo Bufalino, ha escrito esta novela como personalísimo homenaje a Agatha Christie. La edición original se presentaba con un texto (que no parecía precisamente ajeno a la mano del autor) que decía así:

GÉNERO: Una excursión dominical a los terrenos de la novela policíaca: es todo lo que ha pretendido concederse Gesualdo Bufalino, regresando a las librerías después de una pausa de feliz pero fracasado apartheid. El resultado es una obra que conjuga gustosamente la pasión con la extravagancia, el espíritu consecuente con las fantasías de lo imaginario. Páginas a utilizar como juguete, por tanto, pero donde se advierte a veces un extravío. Como cuando se ven en los espejos de un parque de atracciones multiplicarse y contradecirse las máscaras de la razón.

ARGUMENTO: De acuerdo con los cánones, salvando las arbitrariedades de la ironía, el libro narra un misterio: la muerte de un editor, por delito o infortunio, en su casa de vacaciones. Se sigue de ahí una investigación que pone en jaque a todos los invitados y que la propia víctima, a través de póstumas revelaciones, parece querer dirigir en primera persona. Hasta que su secretaria, una solterona de pocas gracias y muchas virtudes, resuelve o cree resolver el caso.

INTENCIONES: Curarse escribiendo pero, entre los placeres de la escritura, eligiendo el más ingenuo: el mismo de quien rellena el esquema de un crucigrama o dibuja una cara en el revés de un sello... Poner a prueba la compatibilidad de algunos excesos de estilo con la ingeniería de la trama... Entretener a los lectores, proponiéndoles burlas y trucos, personajes y tipos rigurosamente increíbles... Disparar salvas (ha sido también el consejo de los médicos) sobre una silueta hecha a propia imagen y semejanza.

«Bufalino se ha divertido construyendo -aparentemente- una novela policíaca de tren, de Orient Express, pero la ha escrito como un literato siciliano (viene a la mente el Sciascia de Todo modo), con ironía y diversión, con guiños y ponzoñas dignos de él: ajenos, habitualmente, a los profesionales del género» (Renato Olivieri).

«No faltan en esta nueva novela unos toques de metafísica que, unidos a la límpida geometría de la estructura, podría reconducirnos a Las mentiras de la noche» (Lorenzo Mondo, Tuttolibri).

«El más elegante prosista italiano ... El escritor acuña un neologismo eficaz: "tragicobufo", que es pertinente no sólo para las misteriosas vicisitudes de esta novela, escrita al modo policíaco, sino también para la escritura, y yo diría la vocación, del siciliano Bufalino»  (Geno Pampaloni, Il Giornale).

ISBN978-84-339-1173-5
EAN9788433911735
PVP CON IVA7.60 €
NÚM. DE PÁGINAS176
COLECCIÓNPanorama de narrativas
CÓDIGOPN 253
TRADUCCIÓNJoaquín Jordá
PUBLICACIÓN01/05/1992
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Gesualdo Bufalino

Gesualdo Bufalino

Gesualdo Bufalino (Comiso, Sicilia, 1920-1996) estudió literatura en Catania y Palermo. En 1942 fue llamado a filas; capturado en 1943 por los alemanes, logró fugarse. Tuvo que hospitalizarse en 1944; en 1946 abandonó el sanatorio de la Conca d'Oro,en Palermo. Desde entonces hasta su jubilación, en 1976, fue profesor de instituto en Sicilia. Totalmente apartado del mundo literario, fue "descubierto" por su instrucción a un volumen de fotografías de Comiso; a partir de entonces fue acosado por la editorial siciliana Sellerio para que les pasara algún "manuscrito del cajón". Tras muchas reticencias, entregó Perorata del apestado, que se convirtió inmediatamente en el "caso literario" de 1981, por el que obtuvo el prestigioso Premio Campiello, otorgado por un jurado de 300 lectores a la mejor obra editada en 1981, y se convirtió en uno de los bestsellers del año, a pesar de sus exigentes características.