Llenos los niños de árboles
Llenos los niños de árboles

Llenos los niños de árboles

Por estos poemas atraviesa un miedo que se despierta con el tiempo: el de la mordedura atroz de la vejez. También los recorre la extrañeza que separa el amor a los hijos y la necesidad de un espacio propio; y ese otro miedo que nace de la incapacidad para expresar la ternura, o de la ausencia de algo indefinido que adopta forma de pájaro. Cristina Sánchez-Andrade ha escrito este libro hermoso y salvaje —también durísimo en su honestidad— en el que surge de la sombra un mundo que se entiende como la historia propia: el universo entero cabe en un montón de tierra o en una botella vacía de leche. Llenos los niños de árboles habla sobre el entorno que hiere, sobre la memoria que cura, y lo hace desde la conciencia de que «el mundo ya estaba en mi corazón, / como la pequeña mancha de podredumbre en la cereza».

ISBN978-84-948-4127-9
EAN9788494841279
PVP CON IVA11.90 €
NÚM. DE PÁGINAS72
COLECCIÓNLa Bella Varsovia
CÓDIGOLBV 102
PUBLICACIÓN27/05/2019
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Cristina Sánchez-Andrade

Cristina Sánchez-Andrade

Cristina Sánchez-Andrade es escritora, crítica literaria y traductora. Licenciada en Ciencias de la Información y en Derecho, es natural de Santiago de Compostela. Actualmente vive en Madrid, donde compagina su labor como novelista con la docencia universitaria y con colaboraciones en distintos medios, entre ellos La Voz de Galicia y El País. En Anagrama ha publicado las novelas Ya no pisa la tierra tu rey (Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2004); Las Inviernas: «El libro más bonito que he leído jamás» (Javier Puebla, Cambio 16); Alguien bajo los párpados: «Fascinante... Las magníficas dotes inventivas de Sánchez-Andrade deparan una fábula carnavalesca tan loca y divertida como engañosa, porque cuenta una tragedia» (Santos Sanz Villanueva, El Mundo),  La nostalgia de la Mujer Anfibio: «Los lectores quedarán prendados… Una fiesta de la inventiva» (Ernesto Ayala-Dip, El País) y Habitada: «Esquiva el realismo común y da rienda suelta a una creatividad absoluta» (Santos Sanz Villanueva, El Mundo); el libro de cuentos El niño que comía lana, galardonado con el XVII Premio Setenil al mejor libro de relatos: «Despliega originalidad, mala leche, destilados surrealistas y una mirada cáustica» (Íñigo Urrutia, El Diario Vasco); el breve ensayo Fámulas y el libro de poesía Llenos los niños de árboles. Su obra ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, polaco y ruso. 

Fotografía © Maria Gaminde Galofre.


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