Desnudez
El valor de la contemporaneidad a través de la representación de lo cotidiano.
Como ya hiciera en Profanaciones, Agamben recoge aquí, en una serie de ensayos breves, algunos de los temas centrales de su pensamiento: desde la fiesta, vista en inesperada relación con la bulimia contemporánea, a la desnudez, que alberga escondidas implicaciones teológicas; del problema del cuerpo glorioso de los beatos, que tienen estómago y órganos sexuales y sin embargo no comen ni hacen el amor, al de la nueva figura de la identidad impersonal que los dispositivos biométricos están imponiendo a la humanidad.
El punto de fuga hacia el que convergen todos estos temas es la inactividad, entendida no como ocio o inercia sino como el paradigma de la acción humana y de una nueva política. Esa misma acción ociosa define la tierra de nadie en la que se mueve una escritura que ha quemado sus cartas de identidad y que es, a la vez, pensamiento y literatura, divagación y ficha filológica, tratado de metafísica y artículo de costumbres.
«Como es habitual, Agamben desdibuja las tradicionales fronteras entre la teología, la lingüística, la ontología y la política. En Desnudez, su cara más erudita y personal, se revela en diez ensayos, pequeñas gemas reflexivas donde el autor pone de manifiesto por qué es uno de los pensadores europeos más finos y sofisticados de las últimas décadas» (Germán Cano, La Razón).
«Dice Agamben que la conciencia de la desnudez es el primer paso del conocimiento. Que esa conciencia es la que funda la posibilidad de todo saber. Pero esa conciencia se adquiere únicamente a partir del extrañamiento, de cierta incomodidad consigo mismo. Y es esa incomodidad la que el artista moderno se empeña en exacerbar» (Ignacio Echevarría, El Cultural).
Sinopsis
Como ya hiciera en Profanaciones, Agamben recoge aquí, en una serie de ensayos breves, algunos de los temas centrales de su pensamiento: desde la fiesta, vista en inesperada relación con la bulimia contemporánea, a la desnudez, que alberga escondidas implicaciones teológicas; del problema del cuerpo glorioso de los beatos, que tienen estómago y órganos sexuales y sin embargo no comen ni hacen el amor, al de la nueva figura de la identidad impersonal que los dispositivos biométricos están imponiendo a la humanidad.
El punto de fuga hacia el que convergen todos estos temas es la inactividad, entendida no como ocio o inercia sino como el paradigma de la acción humana y de una nueva política. Esa misma acción ociosa define la tierra de nadie en la que se mueve una escritura que ha quemado sus cartas de identidad y que es, a la vez, pensamiento y literatura, divagación y ficha filológica, tratado de metafísica y artículo de costumbres.