Campo de Agramante
«Cuando medio comprendí que podía oír los ruidos antes de que se produjesen, ni siquiera lo consideré una rareza. » A partir de esa sinuosa primera frase de Campo de Agramante se hilvana un entramado de acontecimientos cuyo significado remite figuradamente al propio significado del título de la novela: un lugar donde reinan el desorden y la confusión. Acosado por una serie de anomalías auditivas, un hombre vive un extraño proceso patológico entre la cotidianeidad y la alucinación, la rutina y el absurdo. Las intersecciones de la más cruda realidad con las aparentemente demenciales experiencias del protagonista introducen en el relato una atenazante tensión psicológica, de enigmáticos engranajes con la vida cotidiana, donde el normal desarrollo de los hechos queda interceptado por una especie de obcecada vecindad con lo irrazonab!e. El lector queda emplazado así, a través de una astuta técnica narrativa, frente a un vórtice de peripecias extraordinarias que nunca dejan de ser verosímiles.
En medio de esos dos espacios narrativos -el ilusorio de la infracción de la lógica y el fidedigno de una localizable ciudad bajoandaluza- aparecen y desaparecen del campo visual de la novela una serie de personajes que, sin rebasar del todo la frontera de lo inaudito, participan de una inquieJante complicidad con ese narrador-protagonista que parece extraviado entre la equívoca memoria y el presente enfermizo; un narrador-protagonista que viene a ser también como el intérprete de un mundo a la vez elemental y caótico, de una suerte de parodia social donde el concepto de ficción adquiere su niás poderosa relevancia imaginativa.
Con esta extraordinaria novela, José Manuel Caballero Bonald regresa al territorio de la ficción y se confirma, una vez más, como uno de los mayores escritores españoles contemporáneos.
Sinopsis
«Cuando medio comprendí que podía oír los ruidos antes de que se produjesen, ni siquiera lo consideré una rareza. » A partir de esa sinuosa primera frase de Campo de Agramante se hilvana un entramado de acontecimientos cuyo significado remite figuradamente al propio significado del título de la novela: un lugar donde reinan el desorden y la confusión. Acosado por una serie de anomalías auditivas, un hombre vive un extraño proceso patológico entre la cotidianeidad y la alucinación, la rutina y el absurdo. Las intersecciones de la más cruda realidad con las aparentemente demenciales experiencias del protagonista introducen en el relato una atenazante tensión psicológica, de enigmáticos engranajes con la vida cotidiana, donde el normal desarrollo de los hechos queda interceptado por una especie de obcecada vecindad con lo irrazonab!e. El lector queda emplazado así, a través de una astuta técnica narrativa, frente a un vórtice de peripecias extraordinarias que nunca dejan de ser verosímiles.
En medio de esos dos espacios narrativos -el ilusorio de la infracción de la lógica y el fidedigno de una localizable ciudad bajoandaluza- aparecen y desaparecen del campo visual de la novela una serie de personajes que, sin rebasar del todo la frontera de lo inaudito, participan de una inquieJante complicidad con ese narrador-protagonista que parece extraviado entre la equívoca memoria y el presente enfermizo; un narrador-protagonista que viene a ser también como el intérprete de un mundo a la vez elemental y caótico, de una suerte de parodia social donde el concepto de ficción adquiere su niás poderosa relevancia imaginativa.
Con esta extraordinaria novela, José Manuel Caballero Bonald regresa al territorio de la ficción y se confirma, una vez más, como uno de los mayores escritores españoles contemporáneos.