Grandes simios

Simon Dykes, un bohemio pintor londinense, pasa una desenfrenada noche de juerga politoxicómana y se va a dormir la borrachera a casa de su novia, Sarah. Al despertarse a la mañana siguiente descubre horrorizado que la mujer que dormita entre sus brazos se ha metamorfoseado en una enorme mona. Y lo que es peor, también él ha adquirido una apariencia simiesca. Pero la pesadilla no acaba ahí: Simon descubre que toda la población ha corrido igual suerte y Londres se ha convertido en una ciudad de primates. Simon se siente un hombre embutido en un cuerpo de mono, lo cual le lleva a ser considerado víctima de una crisis psicótica por sus simiescos conciudadanos y cae en manos del doctor Zack Busner, un excéntrico militante de la antipsiquiatría que lo somete a un tratamiento que deberá conducirlo a la aceptación de que es un mono...

Will Self, el más radical enfant terrible de las letras inglesas, el único escritor capaz de ocupar las portadas de los tabloides por esnifar heroína en el avión de un candidato a la presidencia del gobierno de Inglaterra cuya campaña electoral cubría como enviado especial de un prestigioso periódico, vuelve a mostrar su obsesión por las metamorfosis atroces, y reflexiona sobre los límites de lo humano mediante una enloquecida parábola de humor muy negro, con ecos del Gulliver de Jonathan Swift y de El planeta de los simios.

«La nueva novela de Will Self, un escritor satírico con un fondo de seriedad moral, resulta exultantemente alucinógena» (The Guardian).

«Creada con el vigor de un caricaturista y servida con la energía de una comedia de situación» (The Times Literary Supplement).

«La escatología de Will Self posee una energía swifteana» (The lndependent).

«Un provocativo escritor satírico con una peculiar maestría para captar el vocabulario de la neurosis moderna... Una novela totalmente cautivadora e impactante: el mejor libro de Will Self hasta el momento» (The New York Times Book Review).

«Una imaginación deslumbrante» (Martine Silber, Le Monde).

«Tan perverso como de costumbre, Self nos brinda una enloquecida galería de espejos» (Les lnrockuptibles).