En todos los sentidos, como el amor
«Relatos que exploran un mundo extremo... En este libro Simona Vinci ha crecido más allá de cualquier previsión» (Renato Minore, Il Messaggero).
Soledad de los cuerpos dominados por las pulsiones elementales y absolutas que podrían llamarse amor, o quizás sexo, alimento, silencio. Con una mirada exacta, impasible, con una piedad sin rastros sentimentaloides, Simona Vinci recrea en este libro unos personajes cuyas obsesiones acaban por volverlos verdugos inocentes de su propio destino.
«En todos los sentidos, como el amor», escribe Simona Vinci. «En cada sentido: en el tacto, en el gusto, en la vista, en el olfato, en el oído: el amor pasa a través de los sentidos y se mezcla de las más extrañas maneras. Distintas para cada uno. Con todos los significados posibles, porque no conozco definiciones del amor, no conozco ninguna forma de detectarlo con seguridad. Al amor nos acercamos con símiles, puesto que no poseemos una fisonomía clara de él. He intentado salir de mí misma para atisbar la verdad de los otros. He intentado sentir las obsesiones que nos acompañan en los tiempos que vivimos y en el fondo de todas, o casi, he encontrado el cuerpo. El cuerpo, residuo último de la vitalidad y de la posesión; todos tenemos un cuerpo, quizás el único poder que nos queda. Cuando ya no queda nada sobre lo que actuar, siempre queda el cuerpo.»
«Difícil superar las expectativas que la autora crea con este libro» (Stefano Giovanardi, La Repubblica).
«Tras De los niños nada se sabe, su primera novela, este libro confirma a Simona Vinci como una escritora a seguir muy atentamente. En estos trece relatos se habla poco o nada, e incluso en los escasos diálogos las palabras son mudas. Ya lo sabía Pasolini: las escenas más atroces de Saló son las escenas de tortura vistas de lejos, en absoluto silencio. Paradójico efecto de amplificación... Aquí observamos un silencio idéntico» (Stefano Lecchini).
«Relatos que exploran un mundo extremo... En este libro Simona Vinci ha crecido más allá de cualquier previsión» (Renato Minore, Il Messaggero).
Sinopsis
Soledad de los cuerpos dominados por las pulsiones elementales y absolutas que podrían llamarse amor, o quizás sexo, alimento, silencio. Con una mirada exacta, impasible, con una piedad sin rastros sentimentaloides, Simona Vinci recrea en este libro unos personajes cuyas obsesiones acaban por volverlos verdugos inocentes de su propio destino.
«En todos los sentidos, como el amor», escribe Simona Vinci. «En cada sentido: en el tacto, en el gusto, en la vista, en el olfato, en el oído: el amor pasa a través de los sentidos y se mezcla de las más extrañas maneras. Distintas para cada uno. Con todos los significados posibles, porque no conozco definiciones del amor, no conozco ninguna forma de detectarlo con seguridad. Al amor nos acercamos con símiles, puesto que no poseemos una fisonomía clara de él. He intentado salir de mí misma para atisbar la verdad de los otros. He intentado sentir las obsesiones que nos acompañan en los tiempos que vivimos y en el fondo de todas, o casi, he encontrado el cuerpo. El cuerpo, residuo último de la vitalidad y de la posesión; todos tenemos un cuerpo, quizás el único poder que nos queda. Cuando ya no queda nada sobre lo que actuar, siempre queda el cuerpo.»