04/04/2020
Un café con Izaskun, de la Librería de Mujeres

La Librería de Mujeres, pionera y única en Canarias, está gestionada por Izaskun Legarza Negrín, antigua docente y amante de las letras que decidió dejar las aulas y dedicar su vida a los libros abriendo esta librería en 2010 solo con firmas de mujeres. Si vais a Santa Cruz de Tenerife no podéis dejar de visitarla.

 

Hicimos un café virtual y charlamos con Izaskun:

¿Cómo lleváis estos días? ¿Qué mensaje enviarías a los lectores desde tu confinamiento?

Vivo esta reclusión con una profunda sensación de extrañamiento. Hablo de reclusión, o de encierro, porque me chirría la palabra confinamiento, me recuerda a las confituras, dulzonas y coloridas, que nada tienen que ver con la situación y, para colmo, la segunda acepción del DRAE se refiere a la "pena por la que se obliga al condenado", etcétera. Me causa extrañeza el uso del término, no me gusta, no lo asumo. Pero sí estoy recluida, encerrada, aislada del exterior por los muros del piso en el que vivo. Y lo estoy voluntariamente siguiendo las indicaciones gubernamentales, porque me parecen lógicas y porque creo en el compromiso colectivo, en la ayuda mutua y en los cuidados entre personas. Y estando así, voluntariamente encerrada por el bien común, la extrañeza se apropia de mí.

Extrañeza por la situación y por el valor que repentinamente los medios de comunicación le dan a la solidaridad, al apoyo mutuo, al compromiso colectivo y a tantas otras acciones que se consideran habitualmente inútiles, cuando no ridículas. Extrañeza, también, porque extraño a personas queridas que están tras otros muros (mis hijos, mi sobrina, mi hermana, mis amigas), porque extraño lugares que formaban parte de mi día a día (sueño con mi librería) y, además, porque me extraño a mí y en ese extrañarme reflexiono y me busco y me replanteo llenándome de buenos propósitos como si algo nuevo viniera.

A la sensación de extrañeza se le une el miedo. El miedo por la incertidumbre (¿cuándo terminará esto?, ¿quiénes quedarán en la cuneta?) que siempre cuesta. Miedo por la posibilidad de que mi economía no soporte el envite y la librería se quede a las puertas de su primera década. Miedo, también, a que después todo siga igual, a que no se tomen medidas para que la sanidad sea el servicio público que debe ser, para que las autónomas y autónomos no seamos parte de los parias, para que la inmigración no se vea como una amenaza sino como una riqueza, para que el bien común se convierta realmente en un objetivo político primordial, para que la violencia machista no siga asesinando mujeres como quien caza moscas, para que la cultura tenga el papel central que le corresponde, para...

Estoy encerrada, estoy llena de extrañamiento y de miedo. Paso momentos de angustia sin tenerlos de euforia. Estoy alerta y preocupada. Estoy, a veces, cabreada. Muy cabreada por los chivatos que brotan como las setas, por la falta de respeto de quienes se erigen en jueces de otras personas, por los abusos que proliferan, por...Otras veces, muchas, me siento frustrada. Frustrada por no poder hacer algo, por no saber medicina, por no saber coser, por...

En cualquier caso, vivo esta reclusión, agradecida por tener una casa en la que estar, porque mis hijos y mis personas más cercanas están bien, porque tengo comida y porque sé leer. Y qué importante me parece, para la vida, saber (en el sentido más profundo) leer.

¿Qué actividades está haciendo la librería durante estos días?

Estoy cocinando muchísimo, leyendo como una loca, fumando como un carretero... Y, ahora en serio, estoy emitiendo todos los días a la una y media del mediodía (una hora más en La Península) desde la página de facebook de la librería (y cuando puedo desde instagram) vídeos en los que leo fragmentos de libros.Al espacio lo he nombrado "A viva voz" , tomando el título de la charla de Ursula K. Leguin que leí el primer día. Están teniendo entre 200 y 300 visualizaciones de media y hay un grupito fijo que interactúa en directo.

Como no estoy en la Librería, ya me gustaría a mí, tiro de lo que tengo en casa y alterno novedades con obras que no lo son, así como novelas con cuentos, ensayos y algo de poesía. Los fines de semana son de cuentos. Un día cada siete de ensayo. Los demás para fragmentos de novelas o poesía. Además, cada noche, publico en Instagram el libro que me he leído ese día (que no necesariamente se corresponde con lo leído a mediodía) y escribo algunas frasesitas promocionándolo. Procuro que sean novedades, pero también alterno con los que tengo en casa que no había leído.

¿Qué haréis cuando volvamos a la normalidad?

Por supuesto, lo primero que voy a hacer es montar un fiestón en la Librería y reunirme con todas las personas que tanto extraño. Y después de la fiesta, y de limpiar la librería, lo primero será intentar mejorar cosas que desde esta distancia impuesta he pensado que son más que mejorables en la librería (cuestiones de papeleo, la activación de una web, la reincorporación en Todostuslibros.com, el reparto de tareas, etc), lo segundo intentar "poner en valor" (odio la expresión), valorar y difundir las características que nos diferencian y que, tal vez, no son suficientemente conocidas en las islas: la especialización, las modalidades de financiación que ofrecemos a la clientela, los descuentos para bibliotecas, centros escolares, etc., las actividades culturales que realizamos, el servicio de café y té (que retomaremos), las recomendaciones, la sección infantil. En definitiva, intentaré dar a conocer los servicios que prestamos y los materiales con los que contamos. Y, tercero, ¡y a ver cómo!, intentaré poner en marcha nuevas iniciativas que estoy imaginando. Iniciativas como la vinculación (lo más estrecha posible) con algunas bibliotecas, la búsqueda de fórmulas para convertirnos en una librería ecológica, la elaboración de un boletín quincenal con novedades destacadas comentadas, la continuación del espacio "A viva voz", la colaboración con otros pequeños comercios cercanos, la vinculación más fuerte con algunas editoriales, la celebración de algún tipo de festival, la consolidación de la imagen de la librería como un proyecto social. Soñar es gratis, está claro.

La especialización y el feminismo echan a mucha gente para atrás, pero eso no lo voy a cambiar, así que tengo que buscar alternativas. En ello estoy. Imaginando. Porque creo, de verdad, que lo que nos distingue de otros animales es la capacidad de imaginar y de narrar y narrarnos. Y en eso estoy.

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¡Gracias, Izaskun por tus palabras y por fuerza!
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