13/05/2020
Un cafe con Daniela y Jesús, de Librerías El Sótano, sucursal Coyoacán, México

Librerías El Sótano abre sus puertas en en 1967 en un sótano ubicado frente al Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México. A partir de ese día, El Sótano se convierte en un punto de referencia para todos los lectores mexicanos. Hoy en día cuenta con 15 sucursales distribuidas en Guadalajara, León, Querétaro, Puebla y Ciudad de México y se concibe como un espacio cultural donde se pueden encontrar aquellas voces que el gran mercado no integra, las manifestaciones independientes y alternativas, promoviendo el debate de ideas a través de los libros. 

En nuestro café virtual conversamos con dos integrantes del equipo de la sucursal de Coyoacán:  Daniela Vázquez Flores, librera y con Jesús Antonio Rojas Torres, Coordinador de Piso de Ventas.

¿Cómo lleváis estos días? ¿Qué mensaje enviarías a los lectores desde tu confinamiento?

Daniela: Las particularidades de un país como México y de vivir en una de las ciudades más pobladas del mundo, sin duda han implicado dificultades e incertidumbre durante este confinamiento, pero también nos han convocado a muchísimas reflexiones sobre nuestro cotidiano y cómo nos desenvolvemos en nuestro día a día. Para muchos trabajadores que tuvimos que parar actividades, el aislamiento ha sido la oportunidad perfecta de reconocernos en nuestro hogar, en nuestras relaciones sociales y en nuestra persona sin otra actividad de por medio; además, para quienes trabajamos con un bien cultural, como lo es el libro, nos ha llevado a debates profundos sobre nuestra actividad.

Mis lectores de confianza me han preguntado por la reapertura de las sucursales físicas, pero también han sido comprensivos frente a la necesidad indispensable de cuidarnos. Estoy segura de que todavía tienen sin leer varios de los libros que les he apoyado a conseguir y de que los irán abriendo durante estos días. En general, creo que el confinamiento nos da la oportunidad de tener un encuentro pausado y mucho más ameno con la lectura, de encontrar consuelo, gozo, recogimiento y conocimiento a través de las palabras escritas, sobre todo en la situación extraordinaria que estamos viviendo hoy día.

Jesús:  El encierro por la pandemia ha significado para mí la oportunidad de reflexionar acerca de aspectos de mi vida que en muchos momentos han dado la apariencia de estar escindidos, de reintegrar y conciliar un oficio que me apasiona; pero que almismo tiempo no he conseguido empatar del todo con la vida familiar, pequeñas rutinas cotidianas que no por su supuesta nimiedad dejan de ser importantes en nuestra existencia.

Echo de menos el trato directo con nuestros clientes lectores, lo cual me da un motivo para revalorar la misión y función social de nuestro oficio librero; no obstante, no he dejado de estar en contacto, vía redes sociales, con nuestros buenos amigo lectores, con el interés primero de confirmar su bienestar físico y emocional; y en segundo término, pero no por ello menos importante, conversando sobre lecturas, temas de interés y, finalmente, compartiendo la esperanza de reencontrarnos personalmente en días venideros.

¿Qué actividades está haciendo la librería durante estos días?

Daniela: Afortunadamente la cadena de Librerías el Sótano sigue activa a través de su portal virtual y su centro de Ventas en línea y por teléfono, por lo que si existe la urgencia de conseguir un libro o algún material didáctico durante estos días, todavía es posible; del mismo modo, las redes sociales siguen interactuando con nuestros lectores. También se mantiene activo nuestro canal de comunicación interna a través del correo electrónico, con información oportuna durante el aislamiento del personal.

Jesús: Con total responsabilidad social y ética, al tratarse de una gran cadena de librerías, la Dirección General determinó el cierre de las tiendas y el confinamiento en casa del grueso de sus empleados (as), prestando especial atención a aquellas personas que, por su situación personal o familiar, se hallaran más expuestas al riesgo de contagio. Sin embargo, observando las medidas sanitarias pertinentes, un reducido y valioso equipo de compañeros (as) sigue atendiendo por vía telefónica e internet la demanda de libros y artículos didácticos que nuestro numeroso público lector nos solicita desde todas partes del país. Asimismo, recurriendo al trabajo desde casa (para no emplear el innecesario anglicismo home office), compañero(as) de distintas áreas han continuado con una intensa labor de comunicación interna, capacitación a distancia, mercadotecnia, difusión de contenidos, en resumidas cuentas, una presencia constante y de acompañamiento para nuestro público lector.

¿Qué haréis cuando volvamos a la normalidad?

Daniela: Disfruto mucho el oficio de ser librera, a pesar de los matices a los que me enfrento al capitalizar un bien cultural en una sociedad globalizada; entonces, cuando regrese a mis actividades libreras, será con la esperanza de que haya cambiado un poquito algo en nosotros para poder transformar nuestra realidad, y que la normalidad sea otra, más responsable, más fraterna, más humana. Lo primero que haré cuando regrese a la librería será abrazar a mi equipo, acercarme a mi sección y echarle un ojo a todos lo libros, volver a acomodarlos, exhibir mis apuestas y dar un gran respiro.

En mi sucursal solemos hacer exhibiciones especiales de acuerdo a los acontecimientos actuales que requieren nuestra atención y comprensión, también las hacemos por conmemoraciones importantes, por autores galardonados, etc. Invitamos a los lectores a acercarse al tema, a reflexionarlo y entenderlo a través de los libros; sin duda a nuestro regreso, los lectores llegaran buscando algo para entender el momento que estamos viviendo, cómo reinterpretarlo y hacerle frente. Una de nuestras tareas importantes será buscar los libros adecuados, tener una propuesta amplia para todos, sugerir de acuerdo a los intereses y necesidades del lector. Cuando todo esto pase, ahí estaremos para ayudarlos a encontrar el próximo libro que leerán.

Jesús: Debemos reconocer con realismo y honestidad que nos enfrentaremos a un panorama económico adverso, aunque bien visto ¿no es esta clase de empresa cultural que nada siempre a contracorriente y subsiste a pesar de los malos augurios que desde hace muchos años se le endilgan?

Restablecimiento y ampliación de redes de lectores, imaginación y creatividad para crear nuevas rutas de acceso a un público más amplio, negociación inteligente y solidaridad recíproca con los editores y demás proveedores con el fin de hacer reflotar nuestro negocio; son todas estas labores que tendremos que acometer de inmediato. Pero sobre todo, nuestra misión fundamental será enarbolar ese objeto conocido como libro (que es más que un simple objeto-mercancía) como la encarnación de los más altos valores humanos con que sólo podremos todos (as) juntos (as) restañar las heridas, cerrar las fisuras y levantar lo derruido y todo lo que la pandemia haya causado de estragos en nuestra sociedad. Esa es la relevancia de nuestro oficio librero.

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Gracias,  Daniela y Jesús y  gracias al equipo de El Sótano, en Coyoacán, Ciudad de México. Os enviamos muchos ánimos.

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