21/04/2020
Un café con Daniel, de la librería Walden

Hicimos un café virtual con Daniel Rosino de la  librería Walden, de Pamplona, y esto es lo que nos cuenta:

¿Cómo lleváis estos días? ¿Qué mensaje enviarías a los lectores desde tu confinamiento?

El hecho en sí de estar encerrado en casa no supone ningún trauma y, a veces, no hacer nada es una actividad muy recomendable que da sus frutos cuando menos te lo esperas. Creo que en una situación así los lectores tenemos alguna ventaja, sabemos estar sentados en el sofá, en silencio, concentrados, no es ningún problema para nosotros, al contrario, es algo que conocemos bien, que añoramos cuando no podemos hacerlo y que es uno de nuestros grandes placeres. En nuestro fuero interno muchos nos preguntamos qué hace la gente que no lee, cómo pasan estos días, qué piensan.

Claro, esto es demasiado bonito porque la preocupación se ha ido instalando en nuestras cabezas a medida que pasaban los días y hemos ido comprendiendo la dimensión sanitaria, social y económica de la epidemia y el Estado de Alarma. Casi sin quererlo los que hemos abierto una librería nos hemos convertido en pequeños empresarios y hemos tenido que aprender a pensar un poco como tales. Así que yo intento equilibrar estas dos tensiones: leer sin que me desconcentre mucho el tema laboral y pensar en el trabajo para no quedarme en la cama todo el día leyendo a lo Onetti...

¿Qué actividades está haciendo la librería durante estos días?

Diría que más trabajo interno que otra cosa: ordenar la trastienda, cerrar el mes y el trimestre, preparar y afinar nuevos depósitos, hablar con algunas gentes del sector, sobre todo a nivel de nuestra asociación provincial, compartir estrategias o, abiertamente, consuelo.

Actividades on line no hago, no tengo capacidad, no me muevo bien en el terreno digital, soy un escéptico extremo en ese aspecto.

¿Qué haréis cuando volvamos a la normalidad?

Cuando salga lo primero abrazar a mis padres y darme un largo paseo sin rumbo hasta que no pueda más. Me apetece mucho leer al aire libre, en un banco al sol o en medio del monte, voy a necesitar vitamina D extra.

No tengo mayor plan para la librería, habida cuenta que, supongo, las presentaciones van a estar restringidas lógicamente durante un tiempo. Tuve que aplazar dos que me apetecían mucho pero volveré a plantearlas más adelante. No sé si las librerías tenemos tanto margen de cambio, de innovación, lo que sí me esforzaré más en ofrecer buenos libros para mis clientes y todo mi cariño.

A cortísimo plazo, eso sí, lo único que tengo claro es que voy leer Una historia sencilla de Leila Guerriero, recomendada por un par de clientes entusiastas.

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Gracias, Daniel y muchos ánimos.

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