El jugador invisible

Un enemigo misterioso ataca pérfidamente, en una revista de estudios grecolatinos, a un profesor de filología en la cumbre de su carrera universitaria. Dominado por una ansia creciente, el profesor emplea todos los medios para descubrir su identidad, llegando incluso a poner en peligro su propia reputación, y la búsqueda del enemigo se convierte en el momento crucial de su existencia. Pistas falsas le llevan a otra ciudad; los amigos, la mujer, la amante revelan inesperadas intrigas. Y mientras él sigue adentrándose en un mundo de reticencias y ambigüedades, algunos acontecimientos, que aumentan su turbación y que culminan en el suicidio de un amigo, hacen aún más dramática su búsqueda al tiempo que amplían su significado.

Intensa y cautivadora en su acción, que no sólo implica al protagonista, sino tambien a las numerosas figuras que le rodean y poseen un relieve autónomo, El jugador invisible es una novela que recupera, desde un ángulo original, las sorpresas de la trama y el juego de los personajes; representa la crisis de unas existencias individuales, pero es también la sátira de una determinada manera de vivir la cultura; y está recorrida por una violencia subterránea, que en los diálogos emerge con singular eficacia.

Escrita en un estilo móvil e incisivo, fruto de una incesante investigación sobre el lenguaje —objeto a su vez de sabrosos análisis y de variaciones inventivas—, El jugador invisible funde sus múltiples significados en un tono que es, a la vez, de ironía y de participación emotiva; mientras, la riqueza de los temas (desde la hipocresía a la pasión y el adulterio, desde las frustraciones profesionales y literarias al ajedrez) confluyen, en un final invadido de melancolía y piedad, no en la superación de la crisis, sino en su aceptación: en la conciencia de que el enemigo invisible que «juega» con el protagonista es externo a él, pero también interno, es el destino y lo ignoto, pero también lo cotidiano.

«El lector quedará irremisiblemente fascinado por el ritmo de thriller de la historia y por la extrema sapiencia narrativa de Pontiggia.» (Carlo Bo, L'Europeo)

«El jugador invisible, con irónico respeto, imita la novela tradicional, y, además, está deliciosamente ambientada entre profesores universitarios de latín y de amenas materias antiguas... Todo es límpido y sobriamente resonante, pero astutamente incompleto... He disfrutado capítulo tras capítulo, admirando la medida, la variedad, los trucos, la particular densidad de sfumature.» (Alfredo Giulani, La Reppublica)

«Pontiggia nos ofrece con sutil maestría una novela perfectamente construida, que puede ser leída a varios niveles, incluso al de una historia cautivadora... Una escritora lúcida, de admirable cautela, esencial, en ocasiones volteriana. Un gran y hermoso libro.» (Maria Corti, Il Giorno)

«Este bellísimo libro, en el que Pontiggia —que no es sólo un narrador, sino también un crítico y un teórico entre los más aguerridos— ha trabajado (y se nota) durante años, parece escrito adrede para demostrar, a quien no lo creyese, que se puede escribir de un modo no sólo legible, sino extraordinariamente divertido.» (Giovanni Raboni, Tuttolibri)