El Gatopardo
Una de las cumbres de la literatura del siglo XX. Una novela majestuosa, bellísima y repleta de matices.
Sicilia, 1860. El tiempo parece discurrir con parsimonia en estas tierras de árida belleza, cuyo orden social inamovible domina la aristocracia terrateniente. Pero la historia está a punto de dar una sacudida con el desembarco de Garibaldi.
Don Fabrizio, príncipe de Salina, hombre imponente, orgulloso, sensual y lúcido, patriarca de una de las familias más poderosas de la isla, contempla impertérrito estos tiempos convulsos que acaso supongan el hundimiento de su mundo, o que tal vez traigan cambios que en realidad permitirán que todo siga igual. Mientras tanto, su impetuoso sobrino Tancredi abraza la causa garibaldina y se enamora de Angelica, hija de un advenedizo social...
La publicación de El Gatopardo en 1958 forma parte de la historia editorial de Europa. Rechazada por Mondadori y Einaudi, apareció póstumamente en Feltrinelli, con un prólogo de Giorgio Bassani, que la había recomendado entusiásticamente. Esta decisión, sumada al lanzamiento de El doctor Zhivago el año anterior, dio a Feltrinelli un enorme prestigio internacional.
El Gatopardo se apartaba de los cánones novelísticos de la época y fue recibida con gran polarización ideológica, atacada con ferocidad por Moravia y otros intelectuales, mientras que Louis Aragon, el más ortodoxo de los escritores comunistas franceses, supo en cambio ver en ella una obra crítica con el orden social que retrataba. Con la perspectiva del tiempo, poco rastro queda de esas polémicas, porque el libro de Lampedusa se ha consolidado como una de las obras maestras de la novela del siglo XX, y el paso de los años no ha hecho sino acrecentar su descomunal magnitud literaria. Hoy es ya un clásico, uno de esos textos inagotables a los que hay que volver una y otra vez.
«Una novela de una talla excepcional. Uno reclamaría para ella el estatus de clásico» (Frank Kermode).
«Una de las más grandes obras universales» (Mercedes Monmany).
«Hasta cierto punto, una Muerte de Iván Ilich siciliana…, una historia personal y muy idiosincrásica. Extraordinaria» (Edward Said).
«Una de las más grandes novelas de este siglo» (Louis Aragon).
«Una obra excepcional. Una de esas obras para las que se trabaja o se prepara uno toda una vida» (Giorgio Bassani).
«Lampedusa fue un gran escritor, y basta este libro para demostrarlo. Un libro que nos fascina, nos divierte, nos hace reflexionar» (Leonardo Sciascia).
«El libro de un hombre que lo comprende todo, de un poeta narrador dotado de una implacable clarividencia» (Eugenio Montale).
«La poesía de la novela de Lampedusa está impregnada de la campiña siciliana... Una obra de arte» (Peter Ackroyd).
«Uno de esos grandes libros que van por libre. No es una novela histórica, sino una novela que sucede en la historia» (E. M. Forster).
«Tal vez la mejor novela del siglo» (L. P. Hartley).
Sinopsis
Sicilia, 1860. El tiempo parece discurrir con parsimonia en estas tierras de árida belleza, cuyo orden social inamovible domina la aristocracia terrateniente. Pero la historia está a punto de dar una sacudida con el desembarco de Garibaldi.
Don Fabrizio, príncipe de Salina, hombre imponente, orgulloso, sensual y lúcido, patriarca de una de las familias más poderosas de la isla, contempla impertérrito estos tiempos convulsos que acaso supongan el hundimiento de su mundo, o que tal vez traigan cambios que en realidad permitirán que todo siga igual. Mientras tanto, su impetuoso sobrino Tancredi abraza la causa garibaldina y se enamora de Angelica, hija de un advenedizo social...
La publicación de El Gatopardo en 1958 forma parte de la historia editorial de Europa. Rechazada por Mondadori y Einaudi, apareció póstumamente en Feltrinelli, con un prólogo de Giorgio Bassani, que la había recomendado entusiásticamente. Esta decisión, sumada al lanzamiento de El doctor Zhivago el año anterior, dio a Feltrinelli un enorme prestigio internacional.
El Gatopardo se apartaba de los cánones novelísticos de la época y fue recibida con gran polarización ideológica, atacada con ferocidad por Moravia y otros intelectuales, mientras que Louis Aragon, el más ortodoxo de los escritores comunistas franceses, supo en cambio ver en ella una obra crítica con el orden social que retrataba. Con la perspectiva del tiempo, poco rastro queda de esas polémicas, porque el libro de Lampedusa se ha consolidado como una de las obras maestras de la novela del siglo XX, y el paso de los años no ha hecho sino acrecentar su descomunal magnitud literaria. Hoy es ya un clásico, uno de esos textos inagotables a los que hay que volver una y otra vez.