El lado frío de la almohada
El lado frío de la almohada

El lado frío de la almohada

Título descatalogado.

El lado frío es el lugar que se busca en la almohada cuando aquel en que se soñaba se hunde y se calienta. El lado frío de la almohada trata de los sueños que tenemos y, sobre todo, de los que no podemos tener. En el año 2003 Philip Hull, un diplomático estadounidense destinado en Madrid, se ve envuelto en un laberinto insospechado al aceptar ser el intermediario en un trato con agentes de la seguridad del Estado de Cuba. Philip Hull ha llegado a la última etapa de una carrera profesional con altibajos. La aparición de Laura Bahía, joven agente española de origen cubano, le lleva a poner en duda su propio carácter escéptico, individualista, a veces generoso. La historia de amor entre ambos tiene su envés en la historia de las dificultades de la revolución cubana. Entretanto y mientras se lleva a cabo la operación en la que participan Philip Hull y Laura Bahía, ella escribe unas cartas íntimas cuyo destinatario no es Hull sino el director de un periódico de gran tirada. El lado frío de la almohada pone en cuestión el conflicto entre el individuo y la colectividad pues, como ya dijera Marx, la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo sino que es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales; pregunta por las historias que esperamos, interioriza el papel de lo no imaginable y plantea el sentido de defender hoy la revolución cubana. 

Como en sus novelas anteriores, Gopegui «configura la narración en torno a la consciencia de ser narración» (Miguel Ángel Pérez Aporta), precisamente para no adherirse al efecto inquietantemente natural de las fantasías. Sin embargo, en esta ocasión, ha querido dar un paso más. No sólo mantener la conciencia de lo contradictorio sino poner la contradicción en movimiento. O tal vez, en la distancia, ajustarse a las palabras de Musil: «La historia de la literatura trata de comprenderlo y deducirlo todo. Sin embargo, nosotros hemos de intentar llegar a valoraciones. No han de ser simples juicios, pueden ser también voluntades».

Una novela excelente, polémica, inusual.

ISBN978-84-339-6865-4
EAN9788433968654
PVP CON IVA15 €
NOTA DE LA EDITORIALNo disponible. La editorial indica que está descatalogado o agotado indefinidamente
NÚM. DE PÁGINAS240
COLECCIÓNNarrativas hispánicas
CÓDIGONH 364
PUBLICACIÓN01/09/2004
OTRAS EDICIONESCompactos (CM 448)
COMPARTE EN:
 
Belén Gopegui

Belén Gopegui

Belén Gopegui nació en Madrid, en octubre de 1963. En 1992 publicó la novela Laescala de los mapas, que tuvo una extraordinaria acogida: «Fuer­­za arrebatadora... Lo asombroso de esta novela es la originalidad de sus estrategias narrativas, en consonancia con el ritmo de su prosa» (Carmen Martín Gaite). Después de su interesante segunda novela, Tocarnos la cara (1995), con la tercera, La conquista del aire (1998), dio un definitivo paso adelante: «Perfectísima novela» (Francisco Umbral). En 2001 escribió su cuarta novela, Lo real: «Belén Gopegui es quien hace un empleo más afortunado y cabal de la novela como instrumento de indagación, reflexión e interpelación políticas, entendido este término en su más amplio sentido: el relativo a las cuestiones de la polis» (Ignacio Echevarría, El País). Su quinta novela fue El lado frío de la almohada: «La única sorpresa que nos puede deparar cada nuevo libro de Belén Gopegui no es la de su calidad –siempre indiscutible– sino conocer su verdadero acierto» (Rafael Conte, El País). Y en 2007 escribió la sexta novela, El padre de Blancanieves: «Una obra seria e importante que debe leerse, porque, además de resultar amena por el interés de la trama que la alimenta, urge a reflexionar sobre la realidad» (Santos Sanz Villanueva, El Cultural); «El lector será seducido por una prosa que busca mostrar la realidad como en determinadas obras de Godard o del cine de Kluge, Fassbinder, etc.» (Joaquín Arnáiz, La Razón); «Con esta novela alcanza su cota más ambiciosa» (Rafael Conte, El País). Sus novelas han sido traducidas al chino, al francés, al italiano, al turco, al alemán, al portugués, al polaco, al finlandés, al serbio y al neerlandés.

Foto © Maria Teresa Slanzi