El carnaval de Colonia
El carnaval de Colonia es un intenso itinerario amatorio en el que sólo caben las mujeres. Todos los personajes son femeninos y están nombrados con una simple letra mayúscula. También hay, sí, un narrador que escribe en primera persona, pero no conocemos su nombre ni su ocupación: sólo parece existir para concebir y padecer una forma lírica y obsesiva del amor.
En efecto, tanto si permanece absorto ante su copa en un bar de moda como si observa a la sucesión de chicas con las que ligará fría y furiosamente, el narrador, aun dejándose querer por todas, sólo pensará en una, la inalcanzable y deseada alemana a la que ama y escribe incesantemente.
Agustín Tena asume en su primera novela el riesgo de una empresa literaria aparentemente imposible y fuera de lugar en este fin de siglo cibernético: lanzarse por la pendiente del romanticismo y encarar el más clásico de los temas, gozo y condena del escritor. Pero El carnaval de Colonia es, además, un acto de inesperada germanofilia, una narración ágil, fluida y amena en la que nunca faltan toques humorísticos (implícitos) y una receta para encontrar placer en la melancolía y el mal de amores.
Sinopsis
El carnaval de Colonia es un intenso itinerario amatorio en el que sólo caben las mujeres. Todos los personajes son femeninos y están nombrados con una simple letra mayúscula. También hay, sí, un narrador que escribe en primera persona, pero no conocemos su nombre ni su ocupación: sólo parece existir para concebir y padecer una forma lírica y obsesiva del amor.
En efecto, tanto si permanece absorto ante su copa en un bar de moda como si observa a la sucesión de chicas con las que ligará fría y furiosamente, el narrador, aun dejándose querer por todas, sólo pensará en una, la inalcanzable y deseada alemana a la que ama y escribe incesantemente.
Agustín Tena asume en su primera novela el riesgo de una empresa literaria aparentemente imposible y fuera de lugar en este fin de siglo cibernético: lanzarse por la pendiente del romanticismo y encarar el más clásico de los temas, gozo y condena del escritor. Pero El carnaval de Colonia es, además, un acto de inesperada germanofilia, una narración ágil, fluida y amena en la que nunca faltan toques humorísticos (implícitos) y una receta para encontrar placer en la melancolía y el mal de amores.