Contra los nacionalismos
Título descatalogado.
Todo nacionalismo difunde una noción metafísica de identidad, usa un lenguaje ritual no comunicable, enarbola unos signos de identificación mítica de grupo y encuentra en el enfrentamiento con «otro» nacionalismo su mecanismo fundamental de autoafirmación.
En esta obra se expone la dialéctica entre nacionalismos opuestos, mútuamente excluyentes o incompatibles, que ha recorrido buena parte del proceso español contemporáneo, en tanto que reacción introspectiva ante el fracaso de las tentativas de construcción de un Estado moderno.
Josep M. Colomer aborda críticamente los elementos de base utilizados por la ideología nacionalista: el mercado o la homogeneidad económica nacional se han visto actualmente superados por las circunstancias, presiste y se incrementa la pluralidad lingüística, los nuevos ámbitos de comunicación erosionan la idea de una «cultura nacional» unificada. La pluralidad real de los individuos y el mestizaje de las colectividades sociales resultan, pues, contradictorios con todo esencialismo nacionalista.
Desde una posición favorable a una renovación del pensamiento político de izquierdas, el autor extrae de la tradición central de la izquierda catalana la contraposición entre libertad y homogeneización nacionalista, propugna un fomento general de la variedad y propone una nueva fundamentación del municipalismo, la autonomía y el federalismo en un programa de democracia y control social del poder.
Sinopsis
Todo nacionalismo difunde una noción metafísica de identidad, usa un lenguaje ritual no comunicable, enarbola unos signos de identificación mítica de grupo y encuentra en el enfrentamiento con «otro» nacionalismo su mecanismo fundamental de autoafirmación.
En esta obra se expone la dialéctica entre nacionalismos opuestos, mútuamente excluyentes o incompatibles, que ha recorrido buena parte del proceso español contemporáneo, en tanto que reacción introspectiva ante el fracaso de las tentativas de construcción de un Estado moderno.
Josep M. Colomer aborda críticamente los elementos de base utilizados por la ideología nacionalista: el mercado o la homogeneidad económica nacional se han visto actualmente superados por las circunstancias, presiste y se incrementa la pluralidad lingüística, los nuevos ámbitos de comunicación erosionan la idea de una «cultura nacional» unificada. La pluralidad real de los individuos y el mestizaje de las colectividades sociales resultan, pues, contradictorios con todo esencialismo nacionalista.
Desde una posición favorable a una renovación del pensamiento político de izquierdas, el autor extrae de la tradición central de la izquierda catalana la contraposición entre libertad y homogeneización nacionalista, propugna un fomento general de la variedad y propone una nueva fundamentación del municipalismo, la autonomía y el federalismo en un programa de democracia y control social del poder.
