La meritocracia y el "coeficiente de inteligencia": una nueva falacia del capitalismo
El I.Q. en la estructura de clases de los Estados Unidos
Título descatalogado.
«Durante la década de los años sesenta y principios de los setenta los Estados Unidos han sido escenario de una continua lucha contra la desigualdad económica. Negros, mujeres, parados y jóvenes obreros de base han sacado a la calle el tema de la desigualdad, situándolo en primera línea y elevándolo a la legislatura y a los tribunales. La reacción dominante de las clases privilegiadas ha sido la preocupación, moderada por un obstinado optimismo en la eficacia de los programas sociales para conseguir la reducción de la desigualdad y para aliviar la miseria y sacar al país del borde del caos. Este optimismo ha sido reflejo, y a la vez consecuencia, de un repleto cuerpo de doctrina progresista, expresada en las modernas corrientes económicas y sociológicas. En el centro de este «saber convencional» de las ciencias sociales está la convicción de que el avanzado sistema capitalista de los Estados Unidos puede conseguir un importante progreso hacia la igualdad de oportunidades económicas mediante la combinación de una persuasión inteligente y de ciertas reformas sociales, especialmente en las esferas de la educación y de la formación profesional.»
Fragmento de la Introducción del cuaderno.
«Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en 1972, en la conferencia anual de la Union for Radical Political Economics, en Webster Spring, West Virginia. Agradecemos a los participantes en aquella reunión sus valiosas críticas. También querríamos dar las gracias a Peter Meyer, Paul Smith, Richard Edwards, Clarence Karier, Michael Reich, David Gordon, Arthur McEwan, James Campen y Colin Greer. Hemos recibido ayuda financiera de la Fundación Ford para esta investigación.»
Nota que abre el cuaderno.
Serie: Pedagogía.
Sinopsis
«Durante la década de los años sesenta y principios de los setenta los Estados Unidos han sido escenario de una continua lucha contra la desigualdad económica. Negros, mujeres, parados y jóvenes obreros de base han sacado a la calle el tema de la desigualdad, situándolo en primera línea y elevándolo a la legislatura y a los tribunales. La reacción dominante de las clases privilegiadas ha sido la preocupación, moderada por un obstinado optimismo en la eficacia de los programas sociales para conseguir la reducción de la desigualdad y para aliviar la miseria y sacar al país del borde del caos. Este optimismo ha sido reflejo, y a la vez consecuencia, de un repleto cuerpo de doctrina progresista, expresada en las modernas corrientes económicas y sociológicas. En el centro de este «saber convencional» de las ciencias sociales está la convicción de que el avanzado sistema capitalista de los Estados Unidos puede conseguir un importante progreso hacia la igualdad de oportunidades económicas mediante la combinación de una persuasión inteligente y de ciertas reformas sociales, especialmente en las esferas de la educación y de la formación profesional.»
Fragmento de la Introducción del cuaderno.
«Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en 1972, en la conferencia anual de la Union for Radical Political Economics, en Webster Spring, West Virginia. Agradecemos a los participantes en aquella reunión sus valiosas críticas. También querríamos dar las gracias a Peter Meyer, Paul Smith, Richard Edwards, Clarence Karier, Michael Reich, David Gordon, Arthur McEwan, James Campen y Colin Greer. Hemos recibido ayuda financiera de la Fundación Ford para esta investigación.»
Nota que abre el cuaderno.
Serie: Pedagogía.