Certezas absolutas

Historia y ficción se entrelazan en este libro, que contiene dos narraciones sobre dos muertes violentas. La primera parte se centra en la muerte en el campo de batalla del general Wolfe, en Quebec, en 1759, acontecimiento histórico abordado por varios personajes: un anónimo soldado; el pintor Benjamin West, autor de un famoso lienzo sobre este tema, y el historiador Francis Parkman.

La segunda muerte es la del tío del historiador, el doctor George Parkman, asesinado en 1849 por un pacífico profesor de química de la Universidad de Harvard endeudado con él, que después troceó el cuerpo; un macabro crimen que conmovió a la sociedad bostoniana de la época.

La obra recrea estos dos hechos estrictamente históricos desde una multiplicidad de puntos de vista, entremezclando realidad y ficción. Pero no estamos ante una típica novela histórica al uso, sino ante una propuesta mucho más osada. El libro es un extraordinario experimento en los límites entre el ensayo histórico y la novela, una narración de gran virtuosismo literario que contiene, además, una sugestiva reflexión sobre la historia y sus interpretaciones. Escrita con el concurso de diversas técnicas literarias, que incluyen la biografía, el ensayo, la epístola, la crónica policial..., la obra es una atrevida apuesta a caballo entre dos géneros. En ella se suceden documentos auténticos (incluido abundante material gráfico) y reconstrucciones puramente imaginarias de los hechos, dando como resultado un libro lleno de ingenio, cuya lectura resulta apasionante.

«Un libro infinitamente seductor... Un delicioso reto» (R. W. B. Lewis, The New York Times Book Review).

«Schama emplea los útiles de la ficción con audacia para llegar hasta donde ningún historiador osaría aventurarse: las mentes de sus protagonistas... Y funciona. La historia es absolutamente absorbente» (William Boyd, The Sunday Times).

«Bajo la divagante complacencia del texto hay en realidad una crucial meditación más allá del confín que separa los hechos de la ficción, una demostración de la desgarradora incognoscibilidad del pasado» (Cario Fruttero, Franco Lucentini, La Stampa).

«El libro confirma que Schama es un escritor de excepcional talento» (Theodore Zeldin, London Review of Books).