Caos calmo
Caos calmo

Caos calmo

La vida de Pietro Paladini, ejecutivo de una televisión de pago, sufre una terrible convulsión un día de finales de verano en que, mientras está a punto de morir ahogado al salvar a una desconocida, pierde a la mujer con la que iba a casarse en pocos días. Convencido de estar al borde del abismo y a la espera de ese dolor que debería llegarles -a su hija y a él- como un mazazo, se instala en un infantil «caos calmo» a la entrada del colegio de la niña, una entrañable forma de locura que le sirve como refugio desde el que proteger a su hija y enfrentarse a la experiencia desgarradora de la pérdida.

Pero mientras la ciudad se adentra en el otoño, Pietro se irá convirtiendo en epicentro de un mundo que, en vez de aportarle consuelo y comprensión, le transfiere su propio sufrimiento, sus obsesiones, que el protagonista describe con la serenidad de quien no tiene ya nada que perder. Asistimos así a una progresivamente cómica peregrinación de personajes: dentro de su coche aparcado (convertido en oficina, ermita, confesionario y diván de psicoanalista) o paseando por los jardines cercanos, Pietro recibe a un hermano triunfador en el mundo de la moda, pero con un terrible complejo de Peter Pan; a una cuñada cada vez más desquiciada, embarazada por tercera vez de un tercer amante que tampoco querrá permanecer a su lado; a la mujer que salvó, que descubre la traición de su marido y confunde la venganza con el agradecimiento. Y, sobre todo, a sus compañeros de trabajo, como Paolo, un cristiano de izquierdas con complejo de culpa, capaz de interpretar una fusión industrial en clave bíblica; a Piquet, cada día más neurótico, como su familia, quizá ya instalado en la paranoia; y sus jefes, quienes tratan de vencer su serena equidistancia y atraerlo hacia sus propias filas en un borrascoso proceso de fusión-absorción con otra multinacional, líder en el sector de las comunicaciones. Sólo su hija encontrará el camino que les permita reconocer sus propias limitaciones y seguir viviendo, aceptando las imposiciones de la madurez.

Con una variedad de registros que van desde el e-mail hasta el vivo diálogo entre generaciones, desde el monólogo reflexivo hasta la prosa erótica más encendida, Sandro Veronesi plasma en esta novela el caos de nuestras ciudades multiformes, de nuestras familias en crisis, de una economía fundada no ya en el valor del trabajo, sino en la pura especulación.

«Las observaciones, reflexiones y comentarios de Pietro (tal vez lo más valioso del libro) se presentan siempre de un modo coloquial, aunque no por ello superficial; parece que, en vez de leer, estamos escuchando a un hombre lúcido analizar con sentido común tanto su propia cotidianeidad en la Italia del siglo XXI como las aventuras o desventuras de sus interlocutores o los tejes y manejes de la economía globalizada» (Marcos G. Breuer, Espéculo).

«En su última, hermosísima novela, Veronesi nos habla de sí mismo, de su generación, del mundo (que de repente parece haberse hecho «anormal»), de hijos y de padres, de las mitologías de la edad contemporánea, de la deriva de nuestro país, de la entropía afectiva y de la dificultad de adquirir experiencias respecto a las cosas. Y al mismo tiempo nos entretiene y nos divierte y nos sorprende en cada página» (F. La Porta, Il Reformista)

ISBN978-84-339-7469-3
EAN9788433974693
PVP CON IVA23 €
NÚM. DE PÁGINAS512
COLECCIÓNPanorama de narrativas
CÓDIGOPN 690
TRADUCCIÓNXavier González Rovira
PUBLICACIÓN26/02/2008
ISBN978-84-339-4203-6
EAN9788433942036
PVP CON IVA12.99 €
CÓDIGOPN 690
TRADUCCIÓNXavier González Rovira
PUBLICACIÓN26/02/2008
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Sandro Veronesi

Sandro Veronesi

Sandro Veronesi (Florencia, 1959) es uno de los mejores novelistas de su generación, además de un destacado ensayista y periodista. En Anagrama ha publicado las novelas Caos calmo (su obra mayor, por la que consiguió el Premio Strega y el Premio Novela Europea Casino de Santiago), ProfecíaEl colibrí (Premio Strega), así como el ensayo de denuncia Salvar vidas en el Mediterráneo. Un panfleto íntimo contra el racismo. Su más reciente obra, escrita junto a Edoardo de Angelis, es Comandante.

Fotografía © Maria Teresa Slanzi