Angel
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Angelica Deverell, una adolescente mitómana, es la hija de una tendera de clase baja cuya hermana trabaja en la casa de los señores de la zona y ayuda a pagar la educación de Angel (cuyo nombre de pila es el mismo de la hija de estos señores). Angel comienza a escribir novelones gótico-románticos, grandilocuentes, falsos y fascinantes, que la convertirán en una escritora de moda, la harán rica y la convencerán de que ella es una heroína de sus propias novelas... Una historia, llena de ecos y alusiones, de un entramado de relaciones sociales y fascinaciones equívocas en la que la pasión por la literatura, por deleznables que sean sus resultados, acaba arrasando varias vidas.

«Agradezco a Anagrama por publicar la primera novela traducida de Elizabeth Taylor, y recomiendo a Taylor como un lugar, la plaza adonde ibas a sentir pensamientos del que cruza la calle, a pensar sentimientos del que escapa de casa» (Belén Gopegui).

«El tratamiento más perverso e inteligente que se ha hecho de la creación literaria en los últimos años» (Juan A. Juristo, Diario 16).

«Enorme eficacia literaria» (J. Ernesto Ayala-Dip, El País).

ISBN978-84-339-7614-7
EAN9788433976147
PVP CON IVA18.90 €
NÚM. DE PÁGINAS320
COLECCIÓNOtra vuelta de tuerca
CÓDIGOOVT 33
TRADUCCIÓNJesús Zulaika Goicoechea
PUBLICACIÓN20/09/2012
OTRAS EDICIONESPanorama de narrativas (PN 79)
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Elizabeth Taylor

Elizabeth Taylor

Elizabeth Taylor nació en Reading, Berkshire, en 1912. Llevó una vida apacible juntoa su esposo y tuvo dos hijos. Desde 1945 hasta su muerte, en 1975, publicó doce novelas, cuatro libros de relatos y un estudio sobre Ivy Compton-Burnett, una de sus escritoras favoritas. Se la ha emparentado con Jane Austen, Barbara Py, y Elizabeth Bowen. En 1983,el British Book Marketing Council hizo pública una polémica selección de las trece mejores novelas escritas en inglés desde la Segunda Guerra Mundial entre las que figuraba Angel. Kingsley Amis, uno de sus grandes admiradores, opinó: "Angel no es importante en el sentido usual. No inauguró nada, no culminó nada, no transgredió nada. Pero la importancia no es importante. Sí lo es la buena literatura."