Willenbrock
Willenbrock

Willenbrock

Bernd Willenbrock, un ingeniero de Berlín oriental, trabajaba en una de las tantas fábricas que sucumbieron a la reunificación. A finales de la década de 1990, el desempleo lo empuja a crear una pequeña empresa de compra y venta de coches de segunda mano, que florece rápidamente gracias sobre todo a unos sospechosos pero solventes clientes rusos, que compran en cantidad y pagan al contado.

Willenbrock descubre así las bondades de la reunificación: de su modesta subsistencia durante el comunismo ha pasado a una prosperidad que le permite tener casa de fin de semana y no privarse de excitantes aventuras amorosas, sin poner en riesgo por ello su feliz vida marital. Pero las cosas empiezan a torcerse cuando Willenbrock es víctima de diversos robos: primero se llevan varios coches del parking de su empresa, después lo atracan en su casa de la playa, finalmente comprueba que, igual que sus mejores clientes, también sus depredadores vienen del Este: son checos, polacos, rusos. Alguna vez la policía los detiene pero, no siendo alemanes, se limita a expulsarlos del país.

Willenbrock ve acechada su feliz existencia; ni siquiera el vigilante particular que contrata, y cuyo perro aparece muerto a los pocos días, le da seguridad. Al final decide comprar el arma que le ofrece uno de sus clientes rusos; su paranoia se dispara y la violencia desatada se apodera de él. No tardará en caer la primera víctima.

Willenbrock es una de las mejores representaciones novelescas que se han escrito sobre la miseria moral que se esconde bajo la lucida alfombra de la reunificación alemana. Junto a Günter Grass y Christa Wolf, Christoph Hein es el escritor que mejor ha denunciado, en Willenbrock en particular, la forma en que el comunismo no fue reemplazado por valores democráticos y solidarios, sino por la mera avidez de dinero, por el individualismo a ultranza y el fantasma de la violencia. Como escribió el crítico francés Pierre Lepape, Willenbrock nos muestra cómo el muro de Berlín fue sustituido por otros muchos muros: los que cada alemán -sobre todo, cada berlinés del Este-­ pretende construir para resguardar su mundo privado de la amenaza de aquellos que no sacaron tajada en el reparto del gran pastel de la reunificación.

«Willenbrock ofrece la visión ácida y seca de una Alemania en fase total de recomposición» (Michel Crépu, L'Express).

«Christoph Hein da un giro irónico a ese género capital de la cultura alemana que es la novela de aprendizaje... En él, la novela de construcción se vuelve también de destrucción... Hein ha creado un personaje inolvidable, una especie de antihéroe ejemplar que parece haber renunciado a toda forma de resistencia social y moral para fundirse en el anonimato colectivo y probar los frutos de la grisura. La escritura de Hein adquiere verdadera grandeza» (Pierre Lepape, Le Monde).

«Un libro intelectual y fascinante. Una narración más allá de los juegos de estilo, exhibiciones narcisistas de rápidos textos escénicos que están de moda actualmente. Esta historia alemana mantiene la tensión hasta la última frase. Un acontecimiento literario» (Thomas Widmer, Facts).

ISBN978-84-339-6980-4
EAN9788433969804
PVP CON IVA20.9 €
NÚM. DE PÁGINAS328
COLECCIÓNPanorama de narrativas
CÓDIGOPN 520
TRADUCCIÓNDaniel Najmías
PUBLICACIÓN01/09/2002
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Christoph Hein

Christoph Hein

Christoph Hein nació en Silesia en 1944. Como Hölderlin o Nietzche, es hijo de un pastor protestante. Vivió en Berlín Este hasta la caída del muro, aunque con prolongadas estancias clandestinas en l aparte occidental de la ciudad. Durante años consiguió publicar sus libros en ambas Alemanias, mediante el artilugio de cambiarles el título. A finales de los 80 fue una de las primeras voces en denunciar la euforia excesiva de la reunificación.

Foto © Thomas Sandberg