Velocidad de los jardines
Velocidad de los jardines

Velocidad de los jardines

Alguien dirige una carta a un escritor fallecido. Una familia cargada de hijos atraviesa un continente devastado por la guerra, en busca de un balneario. Un viajante qe comercio comienza a sospechar que en su rutina diaria acecha un reverso alarmante, tras varios encuentros fortuitos con dos personajes anónimos. Un hombre y una mujer se dan cita cada tarde, sin ellos mismos saberlo, bajo las luces de un parque romano: él ha extraviado una habitación y ella ha extraviado una historia. Un catedrático celebra a solas el paso a un nuevo año encerrado en su automóvil.

Son, todas ellas, existencias que se debaten entre la banalidad y el prodigio; constituyen el pretexto para levantar una escritura cargada de olores y sabores, allí donde la memoria de cada cual inventa jardines, trafica sensaciones, protagoniza sombras, puesto que en este libro rápido y lento, el lector no encontrará otra velocidad que la que el tiempo impulsa ni viaje más difícil que el regreso a los pupitres.

Un primer libro de relatos que nos revela a un joven autor con una altísima calidad literaria.

ISBN978-84-339-0942-8
EAN9788433909428
PVP CON IVA12 €
NÚM. DE PÁGINAS144
COLECCIÓNNarrativas hispánicas
CÓDIGONH 132
PUBLICACIÓN01/04/1992
OTRAS EDICIONESCompactos (CM 476)
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Eloy Tizón

Eloy Tizón

Eloy Tizón (Madrid, 1964) ha publicado en Anagrama Velocidad de los jardines (1992), elegido por El País como «uno de los 100 libros españoles más signifi­cativos de los últimos 25 años» y seleccionado por la revista Quimera entre «los mejores libros de cuentos de la literatura española del siglo XX.» También es autor de las novelas Seda salvaje (1995, finalista del Premio Herralde), Labia (2001), La voz cantante (2004) y Parpadeos (2006), todas ellas recibidas con una entusiasta aco­gida crítica: «Desde el principio, Eloy Tizón parecía destinado a aceptar los mayores desafíos. Un ejerci­cio de metaliteratura de primera magnitud. Y sigo creyendo que dada la brillantez de este excepcional escritor, debería verse mejor recompensado por la lectura masiva que su calidad merece» (Rafael Con­te, El País); «Prosa elegante y concisa, inteligente sin exhibicionismo, provocadora sin estridencias. Una escritura corrosiva, pero también angélica» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Eloy Tizón cuenta con maestría, con sobriedad ejemplar, inclu­so con modélico laconismo, y con prosa inventiva, nunca tópica ni plana, que no se deroga en vanas or­namentaciones; es dueño siempre de la narración, pues controla con sabiduría sus tempos, sus ritmos, evita la monotonía, sabe ser divertido, evita el pate­tismo, orilla la grandilocuencia, destila suave humor. Ratifica con La voz cantante sus condiciones de ex­celente, riguroso narrador, que a su edad puede dar mucho de sí» (Miguel García-Posada, ABC); «La voz cantante es una bellísima novela, una lección de literatura con mayúsculas iluminada a cada paso por la hoguera de la imaginación lírica. Y un texto, sobre todo, que sitúa a Eloy Tizón como uno de los pocos narradores del panorama actual dispuestos a jugar hasta el final la baza del inconformismo, la experi­mentación y el compromiso con la literatura» (Ángel Zapata, Muface). 

Foto © Robert Ramos