Una semana de vacaciones
Una semana de vacaciones

Una semana de vacaciones

Christine Angot ha escrito esta breve novela como se saca una foto, sin respirar, sin pararse a tomar aliento. Buscando la precisión, captando el instante y el movimiento.

No nos corresponde a nosotros, lectores, aspirar a conocer el elemento desencadenante; poco importa saberlo. No tardamos en darnos cuenta al leerlo de que el texto posee en sí mismo el poder de actuar con violencia. Suscita sentimientos a los que la angustia no es ajena.

Provoca el sobrecogimiento a través del cual reconocemos uno de los poderes de la literatura: conferir a las palabras todo su poder explicativo y figurativo, más que utilizarlas para ocultar y velar.

Es como si el escritor levantara ese velo no para asustarnos, sino a fin de que veamos y comprendamos.

«Un texto asombroso, una experiencia de lectura extraordinaria. En el instante de cerrar este breve volumen, tenemos la certeza de haber leído un libro inmenso» (Sylvain Bourmeau, Libération).

«El nuevo Angot va más allá de todo lo que la autora ha escrito hasta el momento. Intenso, fuerte, perturbador» (Philippe Delaroche, Lire).

«Un texto poderoso, que lleva la prosa hasta los límites de lo que puede ser dicho» (Nelly Kaprièlian, Les Inrockuptibles).

«Según un gran escritor, Louis Aragon, la novela es la llave que nos da acceso a las habitaciones prohibidas de nuestras casas. Entreabrimos la puerta que da a aquello que jamás debería ser visto. Por la abertura, vislumbramos un espectáculo a cuya fascinación no sabemos si sustraernos o someternos. Como ninguna otra de las novelas de la autora, Una semana de vacaciones es también una trampa tendida a nuestra mirada cautiva» (Philippe Forest, Le Monde).

«La escritora explora a fondo la perversidad de su padre. Una historia implacable y alucinante que ya había abordado en El incesto pero que no es su continuación. Una dosis de Angot en estado puro. Archiconcentrada. Un chute de Angot. Un libro duro, metálico, que nos atrapa hasta el final. Sin duda, el mejor que ha escrito hasta la fecha» (C. Ono-dit-Biot, Le Point).

«Una sutil mezcla de ficción y de hechos reales, un hábil juego de mentiras y verdades. Christine Angot declara haber escrito el texto de un tirón, conteniendo el aliento. Lo leemos igual, sin respirar. En 1999 El incesto desencadenó la polémica. Es probable que Una semana de vacaciones la vuelva a alimentar» (Marianne Payot, L’Express).

«Como un agujero negro, el libro te atrapa, te aspira, el tiempo se dilata en torno a él» (Olivier Steiner, Huffington Post).

ISBN978-84-339-7885-1
EAN9788433978851
PVP CON IVA17.9 €
NÚM. DE PÁGINAS104
COLECCIÓNPanorama de narrativas
CÓDIGOPN 855
TRADUCCIÓNRosa Alapont Calderaro
PUBLICACIÓN05/02/2014
ISBN978-84-339-3478-9
EAN9788433934789
PVP CON IVA7.99 €
CÓDIGOPN 855
TRADUCCIÓNRosa Alapont Calderaro
PUBLICACIÓN05/02/2014
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Christine Angot

Christine Angot

Christine Angot (nacida Pierrette Marie-Clotilde Schwartz en 1959) es autora de numerosas novelas y obras de teatro, que la han convertido en una escritora incontournable, indispensable y controvertida. Ha obtenido importantes premios, como el France Culture o el Flore. Entre sus novelas destaca El incesto, que causó conmoción en 1999, pero fue en 2012, con Una semana de vacaciones (publicada por Anagrama), cuando ganó el Premio Sade y se desató una gran polémica. La autora rechazó ese galardón con las siguientes palabras: «La imagen de ese premio, se corresponda o no con la obra del Marqués de Sade, está en contradicción total con el libro que he escrito.» La crítica la saludó entusiastamente: «Una novela de una transparencia radical y una carnalidad que aplasta. Un relato existencial de hondo calado» (Jesús Ferrero, El País); «Angot imprime una vuelta de tuerca suplementaria a la impronta impúdica que tanto marca su imaginario femenino... Polémico y valiente» (Juan Francisco Ferré, Sur). En Anagrama ha publicado también Un amor imposible: «Libro autobiográfico maravilloso. Angot demuestra ser una maestra del matiz y por ello nos parece tan auténtica» (Anna Caballé, El País); «Historia dura, muy bien escrita» (Manuel Hidalgo, El Mundo).

Fotografía de la autora © Rachael Woodson / Flammarion